PHOENIX — La TSA está reanudando su curso de entrenamiento de autodefensa de los miembros de la tripulación después de haber sido puesto en pausa debido a las restricciones de COVID-19.
La clase es impartida por los alguaciles aéreos de los Estados Unidos y tiene una gran demanda por parte de las tripulaciones de vuelo que buscan formas de defenderse a sí mismos después de que aparecieran videos de pasajeros que se hicieran virales en altercados en pleno vuelo y esto se está volviendo más común.
En lo que va del 2021, ha habido 4,941 incidentes de pasajeros rebeldes en aerolíneas comerciales, según la FAA.
De esos casos, 3,580 están relacionados con el mandato del uso de cubiertas faciales, que ahora se ha extendido hasta el 18 de enero del 2022.
Una disputa por un cubrebocas se tornó violenta el 28 de octubre, cuando un pasajero de primera clase en un vuelo de American Airlines golpeó a un asistente de vuelo dos veces en la cara.
El vuelo del aeropuerto JFK (Nueva York) a California realizó un aterrizaje de emergencia en Denver donde el pasajero masculino fue arrestado.
“He visto a pasajeros pelear a mi lado, así que necesito algún tipo de forma de protegerme”, explicó una asistente de vuelo de United Airlines llamada Helen.
Helen, junto con una docena de otros miembros de la tripulación de vuelo de todo el país, se reunieron en las instalaciones de los Alguaciles Aéreos Federales de Estados Unidos cerca del aeropuerto de Los Ángeles.
El curso se imparte en 24 ubicaciones en los Estados Unidos.
“A través de este programa de capacitación, los Alguaciles Aéreos Federales de la TSA pueden impartir su experiencia especializada en la defensa y la reducción de un ataque mientras se encuentran en un entorno aeronáutico”, dijo con tristeza Darby LaJoye, un alto funcionario de la TSA.
Durante la clase de cuatro horas, las tripulaciones de vuelo aprenden a identificar y disuadir amenazas potenciales a bordo de un avión.
Los instructores de Federal Air Marshal, o FAMS, enseñan técnicas de autodefensa como postura, bloqueos, golpes y puñetazos.
Se enseñan técnicas tan severas como arrancarse los ojos, como último recurso para detener una amenaza y asegurarse de que el avión aterrice de manera segura.
"La gente pierde la cabeza, pierde el sentido de la realidad y quién sabe hasta dónde están dispuestos a llegar", explicó una azafata veterana llamada Wendy.
Los Air Marshals preparan a la clase mental y físicamente para situaciones de alto estrés a través de una serie de simulacros.
En el ejercicio de clase final, cada miembro de la tripulación será puesto a prueba con un simulacro de ataque en un simulador de cabina de avión con FAM actuando como pasajeros rebeldes. El miembro de la tripulación tendrá que usar sus habilidades de autodefensa recién aprendidas para manejar cada escenario.
“Me sentí bien, me sentí preparada. Siento que tengo las herramientas”, dijo Wendy.
La mayoría de los casi 6,000 vuelos que despegan diariamente en Estados Unidos aterrizarán sin incidentes. Los asistentes de vuelo que asisten a la clase dicen que esperan no tener que usar nunca ninguna de las técnicas que aprendieron.
Pero si la situación llama, Wendy dice: "Lo trato como si mi familia estuviera en ese vuelo, así que me aseguraré de que aterricemos de manera segura".
Según la política de tolerancia cero de la FAA, las multas contra pasajeros rebeldes en el 2021 han superado el millón de dólares.
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