COOLIDGE, Ariz. — Una explosión de gas dejó dos muertos y a una mujer con heridas severas el domingo. Agencias federales investigan.
Por más de 15 años, Rosalina y Luis Álvarez vivieron en las afueras de Coolidge en una casa rodeada de cultivos agrícolas.
La pareja, junto con sus tres hijos, cultivaban la tierra, un trabajo que realizaban en su natal Sinaloa, México antes de migrar a los Estados Unidos.
Su casa estaba cerca de la ruta estatal 87 y E. Randolph Road, rodeada de cultivos, pero debajo de la tierra corría una pipa de gas de Kinder Morgan.
El domingo, poco después de las 5:30 a.m. y a 120 yardas de la casa de los Álvarez se produjo una explosión de gas, las fuertes llamaradas salieron en todas las direcciones.
Y del hogar de los Álvarez, que estaba lleno de recuerdos de los últimos 15 años, solo quedaron cenizas.
Luis Álvarez y su hija de 14 años, Valeria Álvarez murieron debido al incendio. Los cuerpos fueron encontrados más de dos horas después de que los socorristas llegaran a extinguir las llamaradas, funcionarios informaron.
“Una familia tan llena de vida, una familia tan llena de ilusiones”, dijo José Guzmán, presidente de Padres y Familiares de Víctimas de Crimen, una organización sin fines de lucro que ayuda a familia y víctimas de crímenes.
Los fugitivos entraron a la casa y golpearon a Rosalina Álvarez hasta que su esposo llegó a ayudarla.
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“No hubo ninguna oportunidad para ellos, fue una explosión inmediata”, dijo Guzmán. “Perdieron todo, la casa quedó en nada. Ni los cimientos se miran de la casa. Fue una explosión, tristemente, como si hubiera caído una bomba”.
Imágenes de un dron del Departamento de Policía de Coolidge muestran la intensidad de las llamaradas, donde los cultivos cercanos y postes de empresas de servicios públicos quedaron en cenizas.
Los bomberos dijeron que la casa de los Álvarez no tenia servicio de gas por parte de la compañía que tenía las líneas que explotaron.
El Consejo Nacional de Seguridad de Transportación y el Departamento de Transportación llegaron al lugar de los hechos el lunes por la tarde. Ellos se estarán encargando de la investigación y se espera que estén allí por alrededor de una semana.
Referente a que la explosión le pasara a la misma familia que tuvieran un percance con los fugitivos, las autoridades dijeron, “no tenemos información que indique que la situación pasada y este (reciente) incidente están relacionados”.
Guzmán dijo que la organización para la que el trabaja estaba ayudando a los Álvarez con terapia después del incidente en enero, ahora, con la perdida de dos miembros de la familia y una persona con quemaduras severas, “ellos necesitan oraciones”, agregó.
“Era una familia unida, una familia cristiana, una familia que amaba a Dios, una familia que deseaba seguir trabajando y viviendo”, dijo Guzmán.
La familia ha creado una cuenta de GoFundMe para ayudar con los gastos de los funerales y los gastos médicos.
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