ARIZONA, USA — Una parada rápida para tomar una foto en medio del desierto de Arizona se convirtió en un viaje que salvó la vida de animalito y cambió la perspectiva del viaje.
Kristina Munford, sus dos hermanos y su padre habían decidido al azar viajar al oeste, pero en su primer día de un viaje de una semana, salvaron a Canyon, un cachorro desnutrido que encontraron escondido en los arbustos.
“No se escuchaba absolutamente nada, había ausencia de sonidos”, dijo Munford cuando la familia se detuvo al costado de la carretera para una sesión de fotos improvisada.
“Estábamos en medio de la nada, no había absolutamente nada ni nadie, pero seguíamos viendo estas hermosas formaciones y pensamos 'nos detendremos en la siguiente'”.
La familia se detuvo cerca de Elephant Foot Rocks y mientras se tomaban una foto grupal, hicieron el descubrimiento.
“Su rostro tenía un corte como en el medio, realmente no movía las patas traseras, pensamos que estaba herido, pero resultó que estaba exhausto”, comentó Munford.
“Miro a mi papá y digo, 'no podemos dejarlo aquí afuera, tenemos que llevarlo con nosotros'”.
La familia dio la bienvenida al nuevo pasajero a bordo y lo llevó con ellos a su próxima parada: El Gran Cañón. Por eso, Munford lo llamó Canyon.
El cachorro se unió rápidamente a la familia, durmió en su regazo y les dio besos mientras viajaba en un automóvil por primera vez.
Canyon los acompañó a La Jolla, California, y allí la familia de Munford lo acogió.
“Quería quedármelo, pero acabábamos de comenzar nuestro viaje y los hoteles no nos permitían tenerlo allí, así que se quedará con nuestra familia”, dijo Munford.
“Lo van a cuidar hasta que se enamoren de él y lo mantengan ellos mismos o le encuentren un buen hogar”.
Perros del desierto
Fue el destino que encontraron a Canyon, cree Munford.
Se habían detenido en medio de la nada y la suerte quiso que se cruzaran con el cachorro.
“Canyon tiene suerte, tuvo mucha suerte de que lo encontraran”, mencionó Katrina Karr, fundadora y presidenta de Yavapai Humane Trappers, un grupo local de voluntarios que ha estado rescatando mascotas abandonadas en el desierto desde el 2016.
Pero desde el comienzo de la pandemia, Karr dijo que la cantidad de animales con los que se encuentran o que reciben llamadas ha aumentado drásticamente.
“El 2021 ha sido el peor año que hemos visto en décadas”, dijo Karr. “Fue malo y a veces no podemos seguir el ritmo”.
Una combinación de problemas, como refugios abarrotados, el cierre de clínicas de esterilización y castración y los propietarios que no permiten mascotas ha llevado a que los animales sean arrojados al desierto, dijo Karr.
“Ha sido un año difícil y el 2022 no es mejor”, agregó.
“Por favor, ofrézcase como voluntario, lo necesitamos, hay muchas cosas buenas que puede hacer y muchas pequeñas vidas que puede salvar”, aseveró.
En cuanto a Canyon, está en una vida mejor. Su nuevo hogar adoptivo, o tal vez permanente, tiene un gran patio trasero para que juegue, dos primos peludos con quienes vincularse y cantidades ilimitadas de amor para vivir una vida feliz.
¡Está a salvo! Esa es la mejor parte”, dijo Munford. “Amamos a los animales en nuestra familia, son inocentes y nosotros, los humanos, deberíamos apreciar la lealtad que estos animales nos brindan”.
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