PHOENIX — Una declaración aprobada por el Papa Francisco fue hecha pública por parte del Vaticano y explica sobre posible bendición a parejas del mismo sexo o en “situación irregular”.
El Dicasterio de la Doctrina para la Fe dijo el 18 de diciembre que dicho documento no significa que la Iglesia Católica aprueba la unión matrimonial entre parejas del mismo sexo y que no es de ninguna manera un ritual matrimonial.
“Se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión”, lee en parte el documento.
¿Qué tipo de bendición se puede recibir?
La Declaración Fiducia supplicants menciona el significado de las bendiciones .
El documento dice que el Papa Francisco solicitó aclarar lo que significa una bendición y en este se explican los diferentes tipos de benciones.
La Declaración aclara que el Sacramento Matrimonial se efectúa por un “ministro ordenado” o un sacerdote y no se trata de una bendición cualquiera. La bendición litúrgica pide que se cumplan con ciertos requisitos.
“En este caso, la bendición del ministro ordenado está directamente conectada a la unión específica de un hombre y de una mujer que, con su consentimiento establecen una alianza exclusiva e indisoluble”, especifica el punto 6 de la Declaración.
Eel documento mencioná que hay posibilidad de bendiciones pastorales de parejas en “situaciones irregulares” y del mismo sexo. Aclarando que no se permite una bendición al igual que la del Sacramento del Matrimonio.
Mientras que una bendición que busca un valor descendente del mismo Dios sobre quienes se muestran necesitados de su ayuda más “no pretenden le legitimidad de sus propios estatus”, agrega el documento.
“…sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo. Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino”.
El documento dice que Dios es “amor puro y nos bendice siempre”.
“Al fin y al cabo, la bendición ofrece a las personas un medio para acrecentar su confianza en Dios”, dice el documento.
“Así nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre”, lee en el punto 27.
El documento aclara que “no se debe promover ni prever un ritual para las bendiciones”, pero que “no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida ayuda de Dios en una simple bendición”.
“De este modo, cada hermano y hermana podrán sentirse en la Iglesia siempre peregrinos, siempre suplicantes, siempre amados y, a pesar de todo, siempre bendecidos”, concluye la Declaración.
