PHOENIX — Gabe Trujillo es el mayor de dos hermanos y pertenece a una familia muy unida. Era un niño tímido y con un futuro brillante, pero a sus 14 años las cosas cambiarían de manera drástica para el y su familia.
1997
“Desarrollé un resfriado severo que se convirtió en neumonía, una cosa llevo a otra y terminé en cuidado intensivo en Phoenix Children’s Hospital”.
Trujillo estuvo en la unidad de cuidados intensivos y terminó en coma.
“Cuando desperté, cuatro días después, había perdido la habilidad de mover mis brazos y piernas”.
Después de estar hospitalizado por 8 meses y dos años de visitas con diferentes médicos, lo diagnosticaron con el síndrome de Hopkins, una forma rara de polio que causa parálisis en alguna extremidad, a él le paralizaron los dos brazos y las dos piernas, siendo el único caso con ese diagnóstico en ese momento.
“Pasé de ser un adolescente normal, a un mes después aferrándome a la vida conectado a un ventilador que me ayudaba a respirar. Fue una situación muy traumática”.
La superación del trauma
Trujillo siempre tuvo el apoyo de sus familiares, quienes junto con sus amigos y el personal médico lo apoyaron para que saliera adelante en esa primera etapa y así lograra adaptarse a su nuevo estilo de vida.
“Si, soy un cuadripléjico y toda mi vida está al revés, pero si al fin de cuentas me enfoco en lo positivo y busco algo por que luchar, sabía que podría tener esa actitud y seguir adelante”.
Y a pesar de lo difícil que dice que fue al principio, empezó por ponerse pequeñas metas. La primera meta que alcanzó fue, por medio de terapia, el lograr tener suficiente fuerza en el torso para poder levantarse de la cama y utilizar la silla de ruedas. Y los logros se fueron acumulando.
“Pasé un total de 8 meses en el hospital. Y mientras estaba allí terminé todo el primer año de preparatoria porque no quería atrasarme. Una vez que salí quería asegurarme de que seguiría teniendo éxito. Me gradué de la preparatoria. Pronto supe que quería ir a ASU [Universidad Estatal de Arizona], me propuse hacer lo que tuviera que hacer para ir a ASU, de donde me gradué en el 2006 con una licenciatura en periodismo”.
Sus sueños y su realidad en el ámbito laboral
A pesar de que de niño Gabe soñaba con ser un agente del FBI, su estadía en el hospital lo llevó a escribir sobre sus ideas y de allí desarrollo su talento y amor por el periodismo escrito, pero aun con una maestría, le fue difícil conseguir un empleo en ese ámbito.
“Muchos no. Terminé en el mundo de educación en línea. Luego siguieron algunos trabajos en el ámbito de mercadotecnia. No fue hasta seis años después que me encontré con un anuncio sobre el empleo en 12 News”.
Trujillo fue contratado como productor digital para NBC en Phoenix en el 2015.
Aun con la poca movilidad que tiene en sus dedos, desempeña su trabajo al igual que el resto del equipo. La empresa también ha reconocido su esfuerzo y dedicación a su trabajo y recientemente fue ascendido de puesto.
Es un libro abierto
Pero la misión más grande de Trujillo es compartir su historia.
“Espero ayude a otros que están en una situación similar o cualquier persona con alguna discapacidad al saber que no están pasando por esto solos, que hay otros que están pasando por experiencias similares”.
Trujillo comparte su historia y experiencias en redes sociales y su blog personal, dice que es un libro abierto sobre la discapacidad que experimenta.
Discapacidad que no le impide jugar fútbol.
Trujillo es un amante de los deportes en general. Al estar en silla de ruedas descubrió un equipo donde juegan fútbol, en silla de ruedas.
Él es parte de un equipo que se llama Mesa Heat que son parte de Arizona Disabled Sports.
También espera cambiar la perspectiva de la sociedad al respecto con la información que el proporciona.
“Espero que una vez que me conozcan, vean que la gente con discapacidades puede contribuir a la sociedad de la misma manera que una persona que no tiene discapacidades. Que tienen una vida que vale la pena vivir al igual que cualquier persona que ven en la calle. Y finalmente, si ven a alguien como yo, que vean a la persona, que no vean la discapacidad primero.