LUKEVILLE, Ariz. — Mientras los migrantes esperan hasta seis días para poder ser procesados por la Patrulla Fronteriza cerca del puerto de entrada cerrado de Lukeville, los viajeros en San Luis esperaron dos horas y media para ingresar a Arizona.
Las autoridades de inmigración suspendieron las operaciones en Lukeville mientras los agentes son desviados para ayudar a procesar una oleada de personas que cruzan ilegalmente para presentar solicitudes de asilo.
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María De Los Ángeles y su pequeña hija de 10 años tenían frío y hambre el lunes por la mañana.
Llevaban dos días esperando para solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, cerca de Lukeville.
Pero los de nacionalidad ecuatoriana no fueron los únicos.
Casi 1,200 inmigrantes esperaban alrededor de las 9 a.m. para ser procesados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, a una milla al oeste del puerto de entrada de Lukeville.
Ese número es una estimación que le dijo a 12News un agente que no quiso ser identificado.
Esa misma mañana, un grupo de 12 hombres guatemaltecos le dijeron a 12News que habían estado esperando seis largos días en el mismo lugar.
Las familias que tienen niños, mujeres, ancianos y personas con lesiones se consideran "vulnerables", por lo que se les da alta prioridad para ser procesados primero.
Eso convierte a los adultos solteros en el grupo más grande que termina acampando por más tiempo a lo largo del muro fronterizo hasta que les llega su turno.
El lunes, tres filas de adultos solteros, cada una de las cuales medía alrededor de un cuarto de milla de largo, esperaban para ser procesados.
A veces los adultos solteros son considerados "vulnerables" porque su salud se deteriora por la falta de alimentos y agua, o por los elementos después de acampar en la zona durante varias noches, dijo otro agente de la Patrulla Fronteriza a 12News que no quiso ser identificado.
CBP quiere procesar, transportar y, en ocasiones, ejecutar procedimientos de expulsión de migrantes dentro de las 36 horas posteriores a su detención. Ese reloj comienza una vez que los agentes los arrestan oficialmente.
Pero el personal de inmigración dijo que no pueden satisfacer la demanda. Esto está provocando que los inmigrantes esperen días para presentar una solicitud de asilo en la zona remota por donde cruzaron ilegalmente.
Para ayudar a acelerar el proceso, CBP anunció el viernes pasado que el puerto de entrada cercano donde se encuentra este gran grupo de personas suspendería sus operaciones el lunes.
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Los agentes que normalmente trabajan en el cruce fronterizo de Lukeville, por donde cruzaron 3,100 personas en vehículos y unos 200 peatones en octubre, fueron desviados para ayudar a la Patrulla Fronteriza con el transporte y el procesamiento de la gran multitud que crece cada día.
“Esto ha sido un serio desafío para nosotros”, dijo Martin Whelan, un agente de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson. "Estamos trasladando recursos de todo el sector, de toda la frontera suroeste".
La agencia no reveló la cantidad de personal de CBP desviado del puerto de entrada al desierto, pero 12News vio a varios de ellos ayudando a la Patrulla Fronteriza en varias etapas del proceso de admisión de migrantes.
"Ha sido una enorme ayuda", aseveró Whelan sobre el personal adicional en el terreno.
"Hemos podido trasladar a más personas ahora que en el pasado".
'El mayor desafío es transportar a estas personas'
Los funcionarios de inmigración sólo pueden sacar de la frontera a 13 personas a la vez.
Esa es la cantidad de personas que caben en una camioneta que transporta a los migrantes desde el muro fronterizo hasta un lugar secundario donde comienza el proceso de admisión.
Mientras 12News estuvo en el lugar, una sola camioneta llegó en una hora. En otros momentos puntuales, varias furgonetas se dirigieron a la zona desierta.
El terreno rocoso y remoto también ha contribuido a retrasar el proceso de evacuación de la multitud.
"El mayor desafío es transportar a estas personas", compartió Whelan.
"Esta área en particular será difícil por la falta de infraestructura y la cantidad de tiempo que nos llevará responder a un área y luego transportar a esas personas".
Lukeville es una pequeña ciudad no incorporada, ubicada en el Monumento Nacional Organ Pipe Cactus en el sur del condado Pima. La ciudad más cercana está a unas 30 millas al norte del puerto de entrada.
El área donde la gente se está entregando a las autoridades de inmigración está a menos de una milla al oeste del cruce fronterizo.
Es un paisaje desértico con un solo camino de tierra sinuoso que conduce desde el muro fronterizo hasta donde acampa la gran multitud, hasta la Ruta Estatal 85.
Luego, los migrantes son transportados a diferentes partes de los Estados Unidos.
El lugar donde terminan depende de múltiples factores, como su nacionalidad.
Cuando un migrante finalmente está bajo custodia de la CBP, lo llevan a diferentes estaciones de la Patrulla Fronteriza. Ya sea en Ajo, Yuma, Tucson o El Paso. El tiempo de viaje puede variar de 28 a 500 millas.
El muro fronterizo no detiene a los migrantes
El terreno remoto es algo que las organizaciones criminales están aprovechando, canalizando a la gente a través de esta área atravesando el muro de Trump.
A veces, las columnas de acero son cortadas con herramientas eléctricas, dijo a 12News un agente de la Patrulla Fronteriza que no quiso ser identificado.
Otras veces, los cárteles utilizan cadenas y vehículos para retirar partes de la barrera, añadió el agente.
Ese agente le dijo a 12News que fue asignado para ayudar a soldar las barreras rotas, pero que solo cumplió la tarea durante ocho semanas. El agente dijo que mientras trabajaban, la gente del lado mexicano se burlaba de ellos arrojándoles piedras o reuniéndose en grandes grupos armados. Dijo que comenzaron a agregar seguridad.
Con las brechas abiertas, los migrantes pueden saltar desde México a Arizona mientras intentan presentar una solicitud de asilo en los Estados Unidos.
Desde julio, el sector de Tucson ha sido el área que ha visto a más personas migrar ilegalmente a través de la frontera suroeste. Ese mes, los agentes de la Patrulla Fronteriza encontraron a 39,215 personas.
En octubre, esa cifra aumentó a 55,224, un aumento del 140% respecto al mismo período del año pasado, según datos de la CBP.
El derecho a solicitar asilo se incorporó al derecho internacional después de la Segunda Guerra Mundial.
El Congreso adoptó disposiciones clave de la Convención de Ginebra sobre Refugiados en la ley de inmigración de Estados Unidos cuando aprobó la Ley de Refugiados de 1980, aseguró el Comité Internacional de Rescate.
Desde entonces, la gente necesitaba estar en suelo estadounidense para solicitar asilo.
Cuando llegó el COVID-19, el expresidente Donald Trump invocó el Título 42, una medida de salud pública destinada a detener la propagación del virus. A su vez, la política significó que la gente ya no podía venir a Estados Unidos y buscar asilo.
Cuando la política terminó en mayo, la administración del presidente Joe Biden promulgó varias políticas que incluían una nueva regla.
Los solicitantes de asilo solo pueden solicitar asilo después de programar una cita a través de la aplicación CBP One creada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y presentarse en un puerto de entrada a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional han dicho que el uso obligatorio de la aplicación CBP One “es una clara violación del derecho internacional de derechos humanos”.
La aplicación ha estado plagada de problemas, como emitir correos electrónicos de citas erróneas, fallar y no permitir que las personas envíen fotografías y otros documentos requeridos.
Además, la aplicación solo emite un pequeño número de citas cada día para los ocho puertos participantes. En algunos casos, ofrecen menos de 1,500 citas y solo atienden a un pequeño número de inmigrantes que esperan presentar un reclamo.
El viaje a Estados Unidos
Las razones por las que las personas migran a los Estados Unidos, varían según la persona.
Algunos huyen de la opresión política, de países dictatoriales, de las inseguridades, de la violencia o en busca de mejores oportunidades económicas.
Leandro Torres abandonó Ecuador después de que las pandillas amenazaran con matarlo si no se unía a ellos. El joven de 21 años hizo el viaje solo.
“Estoy amenazado porque no quería aceptar estar en su grupo criminal”, compartió Torres a 12News.
“Donde yo vivía están reclutando a todos, incluso tengo amigos que aceptaron y están ahí. Me robaron dos veces haciéndose pasar por grupos pandilleros opuestos que intentaban convencerme”.
La violencia de pandillas también fue la razón por la que María De Los Ángeles y su hijo de 10 años huyeron.
“La situación que está pasando en Ecuador es crítica”, afirmó. “Muy duro y duro que la delincuencia se apodere de nuestros países sin tener en cuenta a los niños, a los jóvenes. Han sido tiempos difíciles”.
La decisión de abandonar Nueva Guinea fue de vida o muerte para Mohammaomdou Althadiallo. El joven de 23 años y su hermana viajaron principalmente a pie para llegar a la frontera entre Estados Unidos y México, explicó.
“De donde somos, estamos sufriendo”, dijo Althadiallo. “Sin democracia. Están matando a los jóvenes. Luego están los partidos de oposición. No hay paz”.
Althadiallo pasó cuatro días esperando ser procesado por los funcionarios de inmigración. Su hermana se enfermó mientras esperaban, dijo.
"Ella ha estado enferma desde ayer", dijo. “Les he estado diciendo, pero me dicen que no son médicos. No les importa. Si no estoy satisfecho aquí debo regresar al lugar de donde vengo, pero en México me quitaron todo el dinero. En este momento estamos aquí sin comida ni agua”.
Sin agua ni comida
La ubicación remota donde se había reunido el gran grupo de migrantes también ha dificultado que la ayuda humanitaria llegue hasta ellos.
La mayoría de las personas con las que habló 12News dijeron que se habían quedado sin comida y agua.
Algunos de ellos solo comen un pequeño refrigerio al día, que a menudo les dan otros migrantes o les entrega Humane Borders, un grupo humanitario que brinda ayuda a quienes migran.
"Sólo estamos tratando de mantenerlos hidratados", dijo Dan Abbott, un voluntario de Phoenix del grupo. "También les damos cantidades limitadas de comida, algunos de ellos no han comido durante bastante tiempo".
En el área principal del campamento cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, donde los migrantes esperan ser detenidos, el grupo había instalado inicialmente dos tiendas de campaña y dos tanques de agua. Con el paso de los meses, ese se convirtió en un punto central para que la gente se entregara.
Si bien el grupo ha instalado más estaciones de agua a lo largo del muro, los barriles de agua en el campamento principal se agotan rápidamente. Luego, además de que el área es remota, los voluntarios deben viajar largas distancias para conseguir agua a través de pozos o en el pueblo cercano.
Si bien el grupo tuvo que hacer varios viajes para satisfacer la demanda, la gente del lado mexicano está brindando ayuda similar, pero por un costo.
Los equipos de 12News vieron a varias personas entregando agua, comida de restaurante, refrescos e incluso toallitas húmedas para bebés a un puñado de personas que podían pagar el servicio.
Un grupo de ecuatorianos dijo que un burrito más pequeño que el tamaño de la palma de su mano les costaba 15 dólares. Pero cuando le entregaron a la persona un billete de $20 para que pagara, no recibió el cambio. Algunos de ellos compartieron el pequeño burrito.
Abbott dijo que se han encontrado con personas que estaban enfermas después de no tener comida ni agua durante días.
"Tuvimos un hombre cuya saturación de oxígeno se redujo a 70, que es exactamente lo que es antes de morir", dijo el voluntario humanitario. "Pudimos sacar al médico de Humane Borders, por lo que pudieron ayudar".
En otro caso, Abbott dijo que los inmigrantes les dijeron que un niño había nacido en el muro. CBP solo confirmó que una mujer embarazada fue trasladada vía aérea a Phoenix.
Impacto económico por el cierre
Si bien el puerto de entrada de Lukeville habrá suspendido sus operaciones hasta nuevo aviso, los viajeros tienen dos opciones para llegar a los Estados Unidos.
Viajar tres horas hacia el este hasta uno de los dos cruces fronterizos en Nogales o conducir dos horas hacia el oeste hasta San Luis Río Colorado.
El lunes, día del cierre, los tiempos de espera para cruzar a Arizona duplicaron el tiempo promedio en San Luis.
Los viajeros tuvieron que esperar entre dos y dos horas y media. Los tiempos de espera en los puertos de DeConcini y Mariposa en Nogales estuvieron muy por debajo del promedio de una hora.
A medida que el tráfico se desvíe de Lukeville, las ciudades al norte del puerto de entrada cerrado enfrentarán un impacto económico negativo.
"Hemos visto una disminución de probablemente la mitad en el negocio", dijo Christopher Clousc a 12News horas después de que el cierre entrara en vigor. "Con tan poca antelación, no hemos tenido tiempo de prepararnos realmente".
Clousc trabaja en la gasolinera Chevron en Why, Arizona, a unas 30 millas al norte del cruce fronterizo que conduce al popular pueblo costero de Puerto Peñasco, también conocido como Rocky Point.
Su tienda depende en gran medida de ese tráfico. La falta de ella significa que podrían tener que reducir las horas de trabajo de sus empleados y de operación.
Estaban en el proceso de agregar un nuevo restaurante con hamburguesas, pizza y alitas de pollo en la tienda, con la esperanza de expandir su negocio, pero después del lunes, no está claro si generará suficientes ganancias solo con la clientela local.
"Queremos permanecer abiertos y esperemos que la frontera no esté cerrada por mucho tiempo", explicó Clousc. "Sólo espero que podamos superar esto y, con suerte, volver a abrir la frontera porque afecta la vida de todos aquí".
CBP no ha proporcionado detalles sobre cuánto durará el cierre de Lukeville.
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