TUCSON, Arizona — Un profesor de biología de Tucson menciona que ya fue suficiente. Está abandonando el salón de clases porque los estudiantes no pueden dejar sus teléfonos.
Le dijo a News 4 que intentó todo lo posible para que los niños apagaran el teléfono, pero el atractivo de lo que tienen en sus teléfonos celulares es demasiado grande.
Mitchell Rutherford había enseñado biología en la escuela Sahuaro High School en Tucson durante más de una década.
Esta será su última semana.
"He estado luchando con la salud mental este año debido principalmente a lo que identifiqué básicamente como una adicción de los estudiantes con sus teléfonos".
Rutherford dijo el semestre pasado que algo simplemente no estaba bien y este semestre dijo que estaba trabajando más duro que los estudiantes.
"Este año algo cambió, y es como si se estuvieran adormecidos, simplemente se están alejando de la sociedad, simplemente no pueden deshacerse de eso, no pueden dejarlo a un lado".
Compara la adicción al teléfono con la de las drogas.
"Los opioides, obviamente, son un gran problema, la cocaína, la heroína, todas esas drogas, el alcohol, todo es un gran problema, pero el azúcar es aún mayor y luego los teléfonos son un problema enorme".
Dijo que intentó todo para que los estudiantes bajaran el volumen, apagaran sus teléfonos y encendieran sus cerebros.
"Se puede revisar el tiempo que se pasa enfrente del teléfono, debemos crear hábitos de sueño, cómo reducir el uso del teléfono como una rutina antes de acostarse. Hablamos de ello todos los días".
Entonces, ¿cuál cree que es la solución a la adicción al teléfono?
"Como sociedad, debemos dar prioridad a educar a nuestros jóvenes, protegerlos y permitir que sus cerebros, sus habilidades sociales y su felicidad se desarrollen de forma natural sin sus teléfonos".
News 4 habló con los padres sobre el hecho de que el Sr. Rutherford dejara su puesto de profesor.
"Estoy más o menos de acuerdo con él, no realmente de acuerdo con él por renunciar, pero estoy de acuerdo con la postura que está adoptando porque no es capaz de hacer su trabajo", mencionó Chuck Anderson.
"Creo que es comprensible que sienta frustración. Tengo dos hijos adolescentes y están constantemente hablando por teléfono, y es una gran distracción", comentó otra madre, Bernadette Saucedo.
El último día del señor Rutherford es el jueves. Es agridulce pero sabe que está tomando la mejor decisión para él y su familia. Con el tiempo, le gustaría obtener su doctorado.
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