WASHINGTON — Se trata de una imagen vista cada dos años: Los atletas olímpicos dándole una mordida a sus medallas nuevas estando en el podio.
Desde Michael Phelps a Simone Biles, la tradición ha permanecido en múltiples ediciones de los juegos. Para las olimpíadas de París, las medallas han sido elaboradas especialmente con una pieza de la torre Eiffel añadida a cada medalla de oro, plata y bronce.
¿Entonces cómo se originó este extraño acto?
La respuesta realmente proviene de los fotógrafos, más que por parte de los atletas en sí.
Mientras que posan para las fotos, se les pide a los campeones que muerdan sus medallas — una pose icónica que comúnmente llega a las primeras planas, según el sitio web de las los Juegos Olímpicos.
“Se ha vuelto una obsesión entre los fotógrafos", comentó David Wallechinsky, presidente de la Sociedad Internacional de Historiadores Olímpicos a CNN en 2012. “Creo que lo ven como una toma icónica, como algo que probablemente se pueda vender. No creo que sea algo que los atletas probablemente hagan por sí mismos".
Para algunos atletas olímpicos, como el trineísta alemán David Moeller, la tradición le cobró un precio inesperado. Al morder su medalla de plata nueva en las Olimpíadas de Verano de 2010, el atleta rompió su diente.
“Los fotógrafos querían una foto mía sosteniendo la medalla solo con mis dientes,” Moeller contó al periódico alemán Bild en ese entonces. “Más tarde en la cena, noté que faltaba una parte pequeña de mis dientes".
También hay una respuesta más antigua a la pregunta.
Históricamente, los comerciantes mordían las monedas de oro para comprobar la autenticidad del metal cuando era usado como forma de moneda. Dado que el oro es un metal suave, la mordida podría dejar marcas en las monedas — lo que significa que era oro real.
La duda sobre la autenticidad ya no aplica realmente debido a que el Comité Olímpico Internacional dejó de otorgar medallas de oro puro en 1912.