PHOENIX — Una compañía taiwanesa cuyos chips semiconductores son los cerebros de los teléfonos iPhone de Apple y los aviones de combate F-35 está buscando en diferentes sitios de Phoenix una planta para fabricación, anunció el gobernador Doug Ducey el jueves por la noche.
El anuncio de Ducey se produjo después de que informes publicados el jueves, indicaran que la compañía, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., revelaría sus planes el viernes.
Se espera que la planta empleé a cerca de 1600 personas, además de miles de empleos más creados entre los proveedores, dijo el gobernador en un comunicado preparado.“Estamos increíblemente orgullosos de que una de las compañías de tecnología, líderes en el mundo haya elegido Arizona para este proyecto de alta tecnología, uno con importancia nacional y global”, dijo Ducey.
Se están evaluando varios sitios en Phoenix para la fábrica.Se espera que la construcción comience el próximo año, con la producción de semiconductores dirigida hacia el 2024.
La elección de Arizona por parte de la compañía refleja la importante presencia de la industria de semiconductores en el área de Phoenix, con Intel Corp. como el centro de toda la vida en Chandler.
La decisión de abrir una segunda planta en los Estados Unidos parece ser el resultado de la presión de la Administración Trump sobre los fabricantes de chips para construir plantas y crear empleos en los Estados Unidos.
También se produce en medio de las preocupaciones generadas por la pandemia del coronavirus sobre el cierre y la vulnerabilidad de Estados Unidos con las cadenas de suministro del extranjero.
Construir una planta de chips es una tarea muy costosa.
En el 2017, Intel anunció su última planta de fabricación de semiconductores, conocida como la “Fab”, en Chandler.
El costo fue de $7 mil millones de dólares, proyectando a 3,200 empleados en la manufactura. La compañía taiwanesa, proyecta gastar $12 millones de dólares en la planta durante la próxima década.
En un comunicado, la compañía indicó que esperan algún tipo de incentivo.
La compañía dijo que decidió construir la nueva planta con el “entendimiento mutuo y el compromiso del apoyo del gobierno federal de los Estados Unidos y el Estado de Arizona”.
La Administración Trump ha ofrecido lujosos incentivos financieros a las compañías extranjeras que construyen en los Estados Unidos. Todavía no está claro qué tipo de incentivos podría recibir la compañía taiwanesa de los gobiernos federales, estatales o locales.
Una de las posibles derivaciones del proyecto es la política: el presidente Trump y la senadora republicana Martha McSally se enfrentarán a duras batallas electorales en Arizona en el otoño.
El anuncio de un fabricante asiático que construye una planta en los Estados Unidos podría resaltar el éxito de la política de Trump de “América primero”.
