La Unidad de Crímenes de Prejuicio del Departamento de Policía de Phoenix está investigando después de que un niño de octavo grado supuestamente fue agredido e insultado con improperios raciales.
Ocurrió el 9 de abril y la policía no ha hecho ningún arresto.
“Creo que solo se necesita tiempo. No vi la escena, pero para deshacerme de esa imagen, para dejar de reproducir eso en mi mente de él siendo golpeado sin provocación, tardará mucho", comentó Jacki Ortega, la madre de Abraham Ortega.
La familia Ortega todavía está tratando de procesar lo que le pasó a Abraham.
“Creo que todos estamos en estado de shock por lo que sucedió”, comentó Abraham.
Abe estaba en la casa de su amigo para una fiesta de cumpleaños con un grupo de otros estudiantes de secundaria.
Salieron a caminar rumbo a un lago cercano. Dijo que sus amigos decidieron separarse durante el recorrido.
Notaron una casa con adolescentes mayores adentro. Abe se quedó atrás cuando algunos de sus amigos se acercaron y tocaron el timbre.
Perseguido y atacado
12 News entrevistó a varios niños que estaban allí pero no los identifican porque son menores y temen ser intimidados.
"Tocamos el timbre y luego todo simplemente sucedió", dijo un niño.
Dijeron que los adolescentes mayores adentro gritaron y comenzaron a perseguirlos. Algunos fueron a pie y otros se subieron a un auto. Los niños corrieron asustados.
Abe dijo que decidió que iba a tratar de calmar la situación.
“Diría que el cabecilla del grupo, trató de hacerme estremecer para intimidarme o algo así”, describió Abe. “Me empujó un poco. Le dije: 'No me empujes'. Y lo siguiente que supe es que ya estaba en el suelo”.
Abe, aparentemente golpeado, cayó al suelo. Se protegió la cara de más heridas.
Fue entonces cuando los amigos de Abe dicen que el joven de 17 años que lo agredió lo llamó con la palabra N.
“Yo estaba como, '¿Por qué? ¿Por qué tendría que hacer eso?' yo estaba un poco aterrorizado", dijo un testigo.
Los testigos dicen que los adolescentes mayores se fueron con la excepción de uno que acompañó a los estudiantes de secundaria a casa. Fue entonces cuando los Ortega recibieron la llamada, no solo sobre las lesiones de Abe, sino también sobre el insulto racial.
"Cuando escuchamos por primera vez que lo golpearon o se peleó, tengo cinco hijos, así que para mí está bien. Los niños se pelean", dijo Luis Ortega, el padre de Abe. "Cuando escuchamos la palabra N, eso era urgente de tratar", comentó.
Un posible crimen de odio
Los Ortega llamaron al Departamento de Policía de Phoenix, quien rápidamente se dio cuenta de que se trataba de un caso para la unidad de delitos por prejuicios del departamento que investiga delitos por motivos raciales.
Las heridas de Abe se hicieron más evidentes. Le dolía la mandíbula, tenía un corte en el ojo y estaba cerrado por la hinchazón. Su diente estaba fracturado.
“Dijo la palabra N y eso me asustó mucho. Cree que está bien decir eso y no lo está", dijo la hermana gemela de Abe entre lágrimas.
La gravedad de la supuesta agresión y el lenguaje racista utilizado pesan mucho sobre los seis hermanos de Abe que no estaban allí.
"Cómo puede decir abiertamente la palabra N y simplemente llamarlo así y hacer lo que hizo es muy inquietante", dijo una de las hermanas mayores de Abe.
La policía de Phoenix dice que el caso aún está abierto y activo. Ahora, la Familia Ortega se ve obligada a esperar.
"La vida continúa para él, ¿sabes? Y nuestra familia está aquí para lidiar con esto. Nosotros, ya sabes, queremos ver justicia", comentó uno de los hermanos mayores de Abe.
Los Ortega se sintieron obligados a compartir esta dolorosa historia para crear conciencia.
Quieren que el sospechoso de 17 años sea acusado como adulto y lo quieren acusado de un crimen de odio.
12 News intentó hablar con algunas de las familias de los adolescentes involucrados, incluida la del sospechoso. Las familias se negaron a comentar o no respondierona la petición.
El sospechoso asiste a la escuela secundaria Chaparral. El Distrito Escolar Unificado de Scottsdale emitió la siguiente declaración:
"No haremos comentarios sobre ninguna investigación en curso o acciones disciplinarias estudiantiles específicas. Puedo decirles que, cuando nos enteramos de un incidente fuera del campus, cooperamos con la policía y dejamos que sus oficiales completen su investigación. Una vez que tengamos los hechos, entonces la administración determinará si se había violado el código de conducta".
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