PHOENIX — Las flores, la música, los lectores, los Caballeros de Colón y los monaguillos se preparan para una Santa Misa Dominical, una excepcional, al igual que el sacerdote que la oficiaría.
“Es única su forma de ser, se le quiere por ser único, ser autentico, él es el Padre Mario”, dijo Evangelina Esparza.
Al preguntarle al Padre Mario García Icelo por qué él creía que lo consideraban único contestó sonriente:
“Es una de las maravillas que Dios nos ha creado diferentes a todos”.
Su servicio en el Valle
El Padre Mario ha servido en la Diócesis de Phoenix por 18 años. Durante un año fue sacerdote en la iglesia católica Santa Catalina de Siena en el sur de Phoenix.
Y desde el 2005 ha sido párroco de la Parroquia de San Guillermo y de la Capilla Santa María de Guadalupe. Aunque ahora es tiempo de una nueva etapa en su llamado.
“El retiro no quiere decir ir a tirarse en una hamaca debajo de un árbol, sino servir de una u otra manera”, expresó el párroco.
Los sacerdotes y obispos a los 75 años pueden retirarse y tienen la opción de servir en una parroquia como apoyo y sin cargo administrativo.
“Tomar la opción de no hacer nada", explicó el cura. A lo cual agregó que muchos sacerdotes deciden ayudar en otras diócesis y se integran en comunidades a donde van.
El Padre Mario coincidió con la llegada del Obispo Thomas J. Olmsted a la Diócesis de Phoenix y casualmente, coinciden de nuevo en su retiro.
El Obispo Olmstead solicitó su renuncia al Vaticano y en junio de este año, el Papa Francisco se aceptó la renuncia.
Fue a principios de agosto que John P. Dolan oficialmente tomó el cargo de Obispo de la Diócesis de Phoenix.
Lo despide su comunidad
Los feligreses que se han sentido cobijados por el religioso dicen estar tristes por su retiro.
“Hasta cierto punto siento algo de tristeza porque después de tantos años, uno está acostumbrado a venir a misa con él y siente uno que ya se va a retirar, pero es la ley de la vida que todo llega a su fin”, comentó Ramiro Esparza.
Anteriormente el cura se había despedido de los feligreses de la Capilla de Guadalupe, donde como muestra de agradecimiento, lo ovacionaron de pie al final de la celebración eucarística.
Durante la última misa oficiada como párroco de San Guillermo, también lo acompañaron varios sacerdotes, entre ellos su amigo de la infancia quien viajo desde Sonora.
Recibió muchas otras muestras de cariño de su comunidad.
“Que se cuide, que Dios lo bendiga y que gracias por todos estos años que nos ha dado de servicio en nuestra comunidad", dijo Ramiro.
“Han sido 44 años ininterrumpidos de pregonar, de invitar, de exhortar a tiempo y destiempo la Salvación. Que privilegio y que satisfacción habrá en su corazón Padre Mario, al concluir hoy una hermosa etapa”, leyó en parte. “Con todo nuestro ser estamos profundamente agradecidos por su entrega y dedicación”.
“Se le va a extrañar al Padre Mario, se le quiere”, comentó Evangelina.
Mientras que casi al finalizar la celebración y en nombre de toda la comunidad, leyeron un escrito de agradecimiento.
La tarea que deja el sacerdote y su despedida
El Padre Mario tiene una petición para su comunidad.
“Que sigan trabajando intensamente unidos, es una comunidad muy activa sobre todo cuando se trata de hacer una obra material, se unen rápidamente y sacan adelante los proyectos. Que sigan con el mismo entusiasmo bajo la dirección del nuevo párroco", comentó.
El sacerdote resume su servicio a Dios y a sus feligreses con palabras de agradecimiento.
“Después de 44 años, 45 de ordenado, he dicho muchas cosas, pero una que llena más o menos todo, gracias a todas las personas que me han acompañado y que he acompañado también, que Dios los siga bendiciendo, ánimo y adelante”.