NOGALES, Ariz. — Los agentes de la Patrulla Fronteriza en Nogales, Arizona, dicen que diariamente se encuentran con grupos que vienen a Estados Unidos en busca de asilo y se entregan a las autoridades. Algunos de ellos contaron las razones por las que dejaron todo lo que tenían para poder huir a un país donde no saben si serán recibidos.
El Puerto de Entrada Mariposa es por donde ingresa gran parte del comercio a Estados Unidos.
“Es uno de los más grandes, más transitados de Norte América”, mostró el agente de la Patrulla Fronteriza del Sector Tucson, Alejandro Alvirde.
Pero el comercio legal es solo una parte de lo que los agentes ven diariamente ya que a poco más de una milla de la garita Mariposa, hay un lugar muy transitado por migrantes.
Debido al fácil acceso, grupos como el que encontramos el jueves por la mañana, pueden cruzar la frontera sin dificultad alguna.
12News en Español le preguntó a un hombre:
¿Qué los motivó a venirse para acá?
“La verdad la mucha inseguridad, extorsión, la violencia que estamos viviendo. Amenazas de muerte”, respondió Hector Sánchez quien se encontraba acompañado de su hermana Denisse. Dijeron que ambos habían sido baleados, que habían recibido muchas amenazas e incluso se habían mudado de estado algunas veces, pero que las cosas no cambiaban para ellos.
Los hermanos Sánchez cargan un expediente que dicen son las pruebas de la violencia de la que han sido víctimas en su natal Cuernavaca, Morelos.
La hija de 14 años de Silvia desapareció por todo un día en Nogales, Sonora, lugar donde habían vivido por casi una década.
“Llegó a la casa, Prácticamente abusaron de ella”, dijo conteniendo el llanto la angustiada madre. “Cuando yo quise dar parte a la policía, no me dejaron, me amenazaron que si yo hablaba que iban a venir por nosotros. Yo me calmé, no dije nada, pero mi hija está embarazada. Entonces, yo necesito salir de allí porque en cualquier rato ellos pueden volver”.
El miedo a que regresen quienes le balacearon su casa fue lo que también llevó a Mariela a huir de Cuernavaca con su hijo de 7 años a quien lo atendían medicamente en Cuernavaca y un hermano de 19, quien estudiaba agronomía en la universidad y trabajaba medio tiempo para ayudar con los gastos de la casa, dijo Mariela.
“Cuando salí, dije ‘gracias Dios porque me permitiste sacar a mi hijo y a mi hermano’. Ya estamos lejos, lejos de que nos llegue a pasar algo. De que no amanezcamos ya”.
Con la esperanza de lograr permanecer en Estados Unidos, subieron al vehículo que los llevaría a ser procesados.
La camioneta que los trasladaría hasta la oficina dónde se decidiría su futuro.
“Luego ya se los llevan a la estación de Nogales. Ya cuando estamos en la estación de Nogales, es cuando empezamos todo el proceso de hacer sus documentos. Dependiendo del tipo de caso de cada persona ya se hace una determinación si se quedan en los Estados Unidos o si son devueltos a México”, explicó el agente Alvirde.
En ese grupo fueron 11 migrantes de entre 2 y 46 años los que trasladó la camioneta de la Patrulla Fronteriza antes del mediodía del 11 de mayo del 2023. Todos deseosos de nuevos comienzos, pero con un futuro incierto. Aunque para muchos, el futuro termina antes de pisar tierra estadounidense.