SCOTTSDALE, Ariz. — Un hombre de Scottsdale que sobrevivió a una larga y dura batalla contra el COVID-19 dijo que las oraciones de su familia y sus perros lo salvaron.
Dennis Lauchner, de 67 años nunca antes había tenido problemas de salud. Dijo que por eso no se tomaba en serio el COVID-19. Hasta que casi le cuesta la vida.
Nunca pensó que sus vacaciones familiares cerca de San Diego terminarían con él luchando por su vida contra el temido coronavirus.
“Estuve muy, pero muy cerca de la muerte”, dijo Dennis.
En julio, la familia Lauchner se fue de Scottsdale a Coronado, CA. Esa noche, Dennis ingresó en el hospital Sharp Coronado con problemas respiratorios. Después de dos semanas en el hospital, su familia recibió una llamada devastadora de una enfermera.
“La enfermera dijo: ¿Lo quisieras ver? Porque esta sería la última vez”, dijo Katee Lauchner, esposa de Dennis.
“El virus se apoderó de todo mi cuerpo. Comprometió todos los órganos vitales, excepto mi corazón”, dijo Dennis.
“Le dijimos lo mucho que lo queríamos, le dijimos que siguiera luchando, que no se rindiera”, dijo Lauchner.
La familia Lauchner mantuvo esa promesa. Katee organizó sesiones de oración todas las noches en la playa, mientras Dennis estaba en el hospital, paralizado como parte de la terapia, para ayudarlo a combatir el virus.
“Si no fuera por mi esposa, mi hija, no creo que estaría aquí, y mis perros también”, dijo Dennis.
Sus dos perros de terapia certificados, Coco y Cici, pudieron visitarlo cuando su familia no pudo.
“Estaban tan emocionados de verme como yo de verlos a ellos”, dijo Dennis. Le ayudaron a llevar su mente a un lugar más positivo.
“Fue una sensación de normalidad”, dijo su hija Jessie Robinson.
Jessie documentó la recuperación de Dennis en las redes sociales con videos.
Después de 45 días, Dennis fue dado de alta del hospital con COVID-19 negativo. Sus enfermeras y familiares lo animaron cuando fue liberado el lunes.
“Tengo una nueva oportunidad de vida”, dijo.
Dijo que todavía le queda mucho camino por recorrer antes de volver a la normalidad.
Todavía va al hospital para hacerse análisis de sangre y volver a aprender a caminar, pero está emocionado por el viaje que le espera.